1. Ojo de Londres (London Eye)
Abierto al público desde marzo del 2000, el Ojo de Londres, también conocido como la Noria Milenaria, es la atracción turística de pago más frecuentada de Reino Unido. Y no es de extrañar; con vistas de 360 grados desde cada una de las 32 cápsulas, el Ojo de Londres proporciona lo que se puede considerar como la mejor panorámica de Londres.
A diferencia de la mayoría de las estructuras de las norias gigantes, todas las cápsulas de cristal están unidas a la estructura de metal; en otras palabras, no notará la sensación de balanceo asociada a la mayoría de las norias de observación. Además, cada rotación dura unos 30 minutos, por lo que tendrá tiempo suficiente para contemplar (y fotografiar) el paisaje, el cual se alarga hasta 40 kilómetros más allá.
Siglos de la historia de Inglaterra descansan entre las paredes góticas de la mundialmente famosa Abadía de Westminster. La asombrosa catedral es el lugar en el que la mayoría de monarcas británicos han ascendido al trono (incluida la Reina Isabel II) y han sido depositados para su eterno descanso. Dentro de los techos abovedados, encontrará las tumbas de Isabel I de Inglaterra, María I de Inglaterra, Isaac newton y Henry Purcell, entre otros.
2. Abadía de Westminster
La abadía también ha sido el lugar de celebración de multitud de bodas reales; la más reciente ha sido la ceremonia nupcial de 2011 del Príncipe Guillermo y Catalina Middleton. No se pierda el Rincón de los Poetas, una zona de la iglesia que hace honor al legado del arte y la literatura británica.
3. Palacio de Westminster (Torre del Big Ben)
El Palacio de Westminster y la Torre del Big Ben son los paisajes más reconocibles de toda Inglaterra, pero podrían haber tenido un destino muy diferente. En 1834, un incendio destruyó casi todos los edificios del Parlamento y los esfuerzos de reconstrucción comenzaron unos años después. La arquitectura de estilo gótico que se encuentra actualmente a lo largo del Támesis es un testamento de la Era Victoriana de la que fue originaria.
El Palacio de Westminster sigue albergando el Parlamento, donde los políticos se reúnen para crear la legislación del Reino Unido y de los territorios británicos de ultramar. Big Ben, entretanto, no es el nombre para el gran reloj o su correspondiente torreón (que sería la Torre Elizabeth) sino para la Gran Campana de la torre.
4. Palacio de Buckingham
George III lo compró en 1761 como una residencia familiar para su esposa, la Reina Charlotte, y ahora, el Palacio de Buckingham funciona como la sede del gobierno y como la residencia oficial en Londres de la monarquía inglesa. Más allá de su impresionante fachada, se ubican más de 750 habitaciones, muchas de las cuales se utilizan como salas de recepción. Buckingham también es el lugar donde se produce e Cambio de Guardia más popular de cualquier residencia real; la puesta en escena empieza sobre las 11:30 y dura hasta las 12:15.
Con sus puertas embellecidas en oro y los jardines que lo acompañan, el Palacio de Buckingham es perfecto para realizar unas obras fotográficas majestuosas. Y mejor todavía, si va a visitar Londres durante los meses de agosto y septiembre, podrá ver el interior del Palacio de Buckingham por usted mismo. El estado abre sus puertas al público mientras la Reina y su familia disfrutan de sus vacaciones de verano.
5. Tower Bridge
El Tower Bridge se puede vivir de dos maneras: La primera es con la visita a la Exhibición oficial, que deleita a los invitados con galerías, un recorrido por las Salas de Máquinas Victorianas y, por supuesto, un paseo a lo largo de las pasarelas, que se encuentran a 42 metros por encima del Támesis. A partir de julio de 2014, los adultos pagan 9 £, los niños entre 5 y 15 años, 3,90 £, las personas de la tercera edad y los estudiantes pagan 6,30 £ y es gratuito para niños menores de 5 años y discapacitados. La segunda manera es gratuita. Consiste en pasear por las aceras peatonales del puente o cruzarlo montado en un autobús de dos pisos para contemplar la ciudad desde la perspectiva del río.
6. Trafalgar Square
Caminar por Trafalgar es gratis, naturalmente, y el tráfico adyacente que la rodea significa que allí es fácil coger el transporte público. Si prefiere usar el metro, coja las líneas Bakerloo o Northern hasta la estación de Charing Cross. Quizá se tropiece con algún mitin político o celebración especial durante sus viajes.
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