martes, 27 de octubre de 2015

Berlín, los mejores rincones de la capital alemana


1. El muro de Berlín


Qué duda cabe de que el Muro deja sin palabras a todo el que lo mira. Convertido en el recuerdo de lo que un día fue símbolo de división entre las dos Alemanias, sus familias y amigos, a día de hoy el Muro de Berlín nos hace reflexionar sobre el pasado. Convertido en un espacio creativo, está repleto de grafitis, todos con un carácter crítico y pacifista.




2. La Puerta de Brandeburgo


Otro de los iconos de esta ciudad, la Puerta de Brandeburgo, es probablemente la postal más vendida de Berlín. Construida a finales del siglo XVIII, esta monumento era uno de los principales accesos a la ciudad. Visita imprescindible, y si podéis visitarla al anochecer mejor, el contraste del cielo y la iluminación de la puerta vale la pena observarlo.



3. La Iglesia del Recuerdo o Kaiser-Wilhelm-Gedächtniskirche


Esta iglesia luterana, cuya traducción literal significa “iglesia en recuerdo del emperador Guillermo”, se ha convertido en un memorial de la Segunda Guerra Mundial. La Iglesia del Recuerdo quedó destruida casi en su totalidad durante los bombardeos de la guerra. Más tarde, se decidió hacer un memorial uniendo las ruinas a una construcción más moderna.

Una verdadera maravilla arquitectónica, difícilmente puede verse en Europa un conjunto de tanto contraste y que produzca tanta emoción.







4. Dead Chicken Alley


Este callejón de Berlín representa fielmente la cultura alternativa de la capital de Alemania, capital internacional de la música electrónica y el arte callejero. En el Dead Chicken Alley encontrarás tascas, exposiciones, talleres y muchos grafitis.

“El contraste es sencillamente apabullante; sales de una de las zonas más comerciales de Berlín para entrar en una de las más alternativas, decorada con centenares de grafitis. No tengo palabras; simplemente recomiendo que se visite y se experimente de primera mano”.



5. El Reichstag


Bien sea por las corresponsalías de los telediarios o por los postales, a casi todos nos suena el Reichstag de Berlín. Lo que representa para los alemanes es mucho más que un edificio neorromántico con nuevas estructuras contemporáneas hechas en cristal: es el Parlamento.

 Así, este edificio es centro tanto turístico como político, y se ha convertido en un gran icono de la arquitectura moderna. De visita obligada.



6. El Reloj Mundial


El Weltzeituhr es un reloj situado en la céntrica plaza berlinesa de Alexanderplatz. Este reloj mundial, que muestra cada uno de los 24 husos horarios del mundo, asombra no sólo por las dimensiones sino por la iluminación nocturna que lo caracteriza, por lo que merece la pena una visita de noche.



7. El Monumento al Holocausto


No se puede ir a Berlín y no pasear entre las enormes losas de hormigón que caracterizan el Monumento al Holocausto. Este monumento, que recuerda a las miles de víctimas del Holocausto judío se compone de 2711 bloques de cemento repartidos en una enorme superficie de 19.000 metros cuadrados y bajo él se encuentra el museo.

Los pasillos inclinados que hay que recorrer provocan la sensación de asfixia, inestabilidad y angustia que los judíos sintieron en esa Alemania que era para ellos un laberinto sin salida.



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